¿El ejercicio puede enfermarme? Comprendiendo la Radiculopatía

Publicado el 17 de junio, 2024
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Imagina estar en tus treintas, en un punto de tu vida donde empiezas a disfrutar de la estabilidad. Tienes un empleo fijo, un título universitario, y ya no te preocupan las tareas de la universidad. Has conseguido una independencia que te permite explorar nuevas actividades, como ir al gimnasio. Decides que esta vez te comprometerás a tener un cuerpo envidiable y músculos bien definidos. Día tras día te esfuerzas al máximo, tu mente está determinada y ya no es la de un adolescente, puedes seguir adelante. Con el tiempo, comienzas a ver los resultados de tu arduo trabajo, tu cuerpo se va esculpiendo poco a poco.

Pero un día te despiertas con un dolor agudo, terrible, que se irradia desde tu espalda baja hasta tus piernas, dificultándote incluso las actividades más simples como caminar o sentarte. Crees que es una lumbalgia, pero por más analgésicos que tomes, el dolor no se va. Sigue ahí, persistente, incluso te molesta al estar acostado, y no sabes qué hacer para calmarlo.

Este es un escenario típico que encuentro en consulta. Mis pacientes no son solo adultos mayores. En este caso, no estamos ante una lumbalgia común y corriente; estamos frente a una radiculopatía.

 

¿Qué es la Radiculopatía?


La radiculopatía es una condición causada por la compresión o irritación de las raíces nerviosas que emergen de la médula espinal, siendo la causa más frecuente la presencia de una hernia discal. Es uno de los motivos más frecuentes de consulta y se constituye como la causa más común de años vividos con discapacidad. Puede darse a nivel cervical (radiculopatía cervical) o a nivel lumbar (radiculopatía lumbar, comúnmente llamada ciática). Aunque los estudios epidemiológicos pueden variar, se estima que la incidencia del dolor lumbar supera el 5%, con una prevalencia de por vida que oscila entre el 60% y el 90%. Afortunadamente, muchos casos de dolor lumbar son autolimitados y se resuelven sin intervención médica. Aproximadamente la mitad de los casos se resuelven en 1 a 2 semanas, con un 90% resolviéndose en 6 a 12 semanas.

Aunque este escenario pueda parecer benigno, la realidad es otra. Al ser en su mayoría un problema autolimitado, las personas normalmente no buscan ayuda médica y, por ello, siguen dañando su columna constantemente. De esa forma, los episodios de dolor de espalda se hacen más frecuentes, severos y difíciles de tratar. Incluso puede llegar a requerir cirugía, algo que normalmente no debería suceder.

Dada la importancia de este problema, es esencial saber lo necesario para cuidar nuestra salud y prevenir complicaciones.

 

¿Por qué se produce la radiculopatía?


En primer lugar, es importante precisar que no todo dolor de espalda es una radiculopatía. Como mencioné antes, una radiculopatía es la lesión, generalmente compresiva, de una raíz nerviosa. La raíz nerviosa es el nacimiento de los nervios, que van hacia los brazos y piernas, cuando emergen de la médula espinal. Cuando hablamos de esta condición, nos referimos a un tipo de dolor neuropático, debido a que se produce por lesión directa del sistema nervioso (raíz nerviosa).

¿Qué cosa puede comprimir la raíz nerviosa? La causa más importante es la hernia discal, que es una especie de almohadilla que amortigua la presión entre las vértebras. Cuando existe sobrecarga mecánica de la columna, esta supera su capacidad y puede protruir fuera de su espacio habitual. En pocas palabras, la radiculopatía se produce por una hernia discal, consecuencia de cargar peso excesivo. Me encuentro frecuentemente con gente que inicia en el gimnasio, pero intenta cargar peso excesivo sin tener en cuenta las consecuencias.

 

Síntomas de la Radiculopatía


La radiculopatía lumbar se caracteriza por dolor de tipo radicular que es un dolor lumbar (dolor de espalda baja, dolor de cintura, dolor lumbosacro) o cervical que se irradia hacia brazos y/o piernas. Normalmente no mejora con analgésicos; se agrava al realizar ciertas actividades físicas, sobre todo cargar peso; dificulta actividades cotidianas como caminar o sentarse y puede ser intenso y persistente. Además, el paciente puede presentar parestesias, que son sensación de hormigueo, electricidad o pinchazos en los miembros afectados. Estos síntomas pueden afectar gravemente la calidad de vida y la capacidad de realizar actividades diarias.

Adicionalmente, podemos encontrar otras causas de radiculopatía:

  • Problemas degenerativos como la artrosis que afectan la columna vertebral.
  • Estenosis espinal donde el canal espinal se estrecha y ejerce presión sobre los nervios.
  • Traumatismo que puede producir alteración de la anatomía de la columna y producir compresión de la raíz por parte de otras estructuras.
  • Neoplasias como metástasis de cáncer de próstata que pueden infiltrar la médula espinal y producir dolor intenso con las mismas características.

 

Diagnóstico de la Radiculopatía


El diagnóstico de la radiculopatía comienza con una historia clínica detallada y un examen físico. Es un problema relativamente sencillo de evaluar, sin embargo, es importante detectar signos de alarma para poder descartar causas potencialmente mortales, como las neoplasias. Se pueden utilizar los siguientes exámenes auxiliares:

  • Electromiografía: Es una prueba neurofisiológica que determina qué raíz nerviosa está afectada y en qué grado. Nos ayuda a su vez a ver el pronóstico e incluso evaluar la necesidad de cirugía o la toma de otras pruebas. También nos sirve para descartar la presencia de otras lesiones nerviosas como neuropatías.
  • Resonancia magnética (MRI): Proporciona imágenes detalladas de los discos y los nervios espinales. Sin embargo, puede mostrar hernias discales en múltiples niveles que no necesariamente puedan estar causando los síntomas. Particularmente, no es una prueba que tomo de manera inicial, debido a que los hallazgos pueden sugestionar al paciente a no regresar a su actividad habitual, lo que retrasa su recuperación.

 

Tratamiento de la Radiculopatía


El tratamiento del dolor de espalda depende de si existe radiculopatía o no. Si no está presente, se puede tratar con analgésicos convencionales. Si está presente, deben utilizarse medicamentos especiales. En términos generales, contamos con varias opciones:

  • Fisioterapia: Ejercicios específicos para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la movilidad. La fisioterapia puede incluir técnicas de estiramiento, ejercicios de fortalecimiento y métodos de alivio del dolor como la terapia con calor o frío.
  • Terapia ocupacional: Técnicas para realizar actividades diarias sin causar más daño. Un terapeuta ocupacional puede enseñarte a modificar tus actividades y mejorar tu postura para evitar el dolor.
  • Medicamentos: Analgésicos y antiinflamatorios para aliviar el dolor. Es necesario utilizar anticonvulsivantes, como la gabapentina o pregabalina, de existir radiculopatía.
  • Inyecciones espinales: En algunos casos, se pueden administrar inyecciones de esteroides directamente en el área afectada para reducir la inflamación y el dolor.
  • Cirugía: En casos severos donde otros tratamientos no han sido efectivos, puede ser necesaria la cirugía. Sólo una minoría de pacientes termina en cirugía, y es importante recalcar que el dolor puede volver con el tiempo.

 

Prevención y Cuidado de la Espalda


Para prevenir la radiculopatía y el dolor de espalda, es importante:

  • Evitar actividades que sobrecarguen la columna vertebral. Esta es probablemente la recomendación más importante. Levantar objetos pesados de manera incorrecta o realizar movimientos repetitivos sin la técnica adecuada puede aumentar el riesgo de lesiones.
  • Mantener una buena postura al sentarse y levantar objetos. La ergonomía adecuada en el lugar de trabajo y en el hogar puede reducir significativamente el riesgo de problemas de espalda.
  • Realizar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento regularmente. Los ejercicios como el yoga y el pilates pueden ayudar a mantener la flexibilidad y la fuerza en la espalda.
  • Mantener un peso saludable. El exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre la columna vertebral y los discos.
  • Dejar de fumar. El tabaco puede reducir el flujo sanguíneo a los discos de la columna y aumentar el riesgo de degeneración.

Consejos para Aliviar el Dolor de Espalda en Casa


Además de los tratamientos médicos, hay varias estrategias que puedes probar en casa para aliviar el dolor de espalda:

  • Aplicación de calor o frío: Aplicar una compresa caliente o una bolsa de hielo en el área afectada puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
  • Ejercicios suaves: Actividades como caminar, nadar o hacer ejercicios de estiramiento suave pueden ayudar a mantener la movilidad y reducir la rigidez.
  • Mantenerse activo: Aunque puede ser tentador descansar en cama cuando tienes dolor de espalda, mantenerse activo dentro de tus límites puede ayudar a acelerar la recuperación.
  • Técnicas de relajación: El estrés puede aumentar la tensión muscular y el dolor. Practicar técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda o el yoga puede ser beneficioso.

¿Cuándo Buscar Ayuda Médica?


Es importante acudir a consulta si experimentas:

  • Dolor de espalda que no mejora con el reposo y los analgésicos.
  • Dolor que se irradia a las piernas y causa debilidad, entumecimiento o problemas para caminar.
  • Pérdida de control de la vejiga o los intestinos.
  • Dolor severo que interfiere con tus actividades diarias.

Conclusión


El dolor de espalda, especialmente el dolor de espalda baja, puede ser una señal de radiculopatía lumbar, sobretodo si se irradia a las piernas. Es fundamental prestar atención a los síntomas y buscar ayuda médica cuando el dolor persiste. Con un tratamiento adecuado y cambios en el estilo de vida, es posible manejar los síntomas y mejorar la calidad de vida. No ignores el dolor, cuida tu columna y mantén una vida activa y saludable.

Recuerda, la prevención es clave. Mantén una buena postura, realiza ejercicios regularmente y evita actividades que puedan dañar tu espalda. Si ya estás experimentando dolor, no dudes en buscar la opinión de un profesional de la salud. Tu bienestar y calidad de vida dependen de ello.

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